Según explicó una auxiliar a Servimedia, la perra apareció en el centro con tan solo tres meses y "desde entonces ha acompañado a los ancianos. De hecho, nosotras y las enfermeras hemos sido las encargadas de asear y alimentar a la perra, que además estaba totalmente desparasitada, vacunada y contaba con la correspondiente cartilla sanitaria".

Añadió que "la marcha de Luna ha sido un disgusto muy grande para todos sobre todo para los ancianos quedisfrutaban y paseaban con ella. Era su alegría. Desde hace seis días que la perra no está hay ancianos que no comen y otros que lloran cuando oyen hablar de la perra".

En la carta los ancianos y las enfermeras explican los motivos por los que quieren que les sea devuelta la perra, ya que el animal es "tranquilo, limpio, cariñoso y no es agresivo". Recordaron además que se sentían muy vinculados a la perra y que "todos los gastos derivados de la tenencia del animal como vacunaciones, antiparásitos y vsitas veterinarias son y han sido sufragadas por el personal trabajador, nunca por los residentes del centro".

Por último, en la carta indican posibles soluciones para que la perra vuelva a estar con ellos. "En el jardín hay espacio para que el animal pueda estar adecuadamente con una caseta, así los ancianos que quieran puedan verla, puesto que privarles de esto es otra privación más", indican.

Los ancianos no entienden que hasta la fecha el director del centro haya permitido la estancia de la prra y que ahora, de pronto, se la lleven.

El criterio del Instituto de Servicios Sociales de la Región de Murcia (ISSRM) se basa en una normativa que no permite la tenencia de animales de compañía en los centro regidos por este organismo, así como en los del INSERSO.

Entre las razones esgrimidas para que Luna abandone el centro se encuentra la de que el animal se introduciría en las habitaciones y en los comedores, con el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades e infecciones, además dela posibilidad de que en sus idas y venidas por la residencia la perra pueda ocasionar la caída de algún anciano.

Estos argumentos no convencen a los ancianos, que insisten en la vuelta de la perra, porque "nunca ha causado problemas y siempre nos ha dado su cariño desinteresadamente", comentó una anciana de 81 años mientras lloraba.

De momento la perra se encuentra en la casa de una de las auxiliares del centro.