Calamita se queja de que, mientras él fue suspendido en sus funciones “con la simple admisión a trámite” de la querella presentada en su contra, en el caso de Garzón el CGPJ ha esperado a que se desarrollase toda la fase de instrucción y sólo ha iniciado los trámites para apartarle cautelarmente de la Audiencia Nacional cuando ha sido llevado a juicio.

La diferencia radica en que, en el caso de Garzón, la Fiscalía no ha apoyado a las acusaciones y ha pedido en todo momento el archivo de la investigación, mientras que en el caso de Calamita el Ministerio Público si ejerció la acusación en su contra.

Pero para el antiguo juez de Murcia, condenado por prevaricación, la diferencia de trato con respecto a Garzón es fruto de “una cuestión política”. “Yo sabía que la justicia estaba politizada pero no hasta este extremo”, aseguró.

Calamita acudió hoy a la sede del CGPJ para tratar de aclarar su situación ya que, después de ser inhabilitado, no sabe si sigue sujeto al régimen de incompatibilidades que se aplica a los jueces y magistrados.