En un comunicado, la organización lamentó el apuñalamiento de un sargento y la agresión a otra compañera por parte del también sargento David L.L., quien justificó sus actos por el trastorno de ansiedad fruto del acoso y del 'mobbing' a causa de su homosexualidad sufrido durante todo 2016 en la Escuela de Suboficiales y Sumbmarinos.

Según el Observatorio Español contra la LGBTfobia, diversos informes psiquiátricos confirman este trastorno y de hecho el juzgado que investiga el apuñalamiento ordenó un procedimiento separado para aclarar lo sucedido con este sargento, que sigue imputado.

StopLGBTfobia indica que en la actualidad “existe una discriminación de facto a las personas LGBT dentro del Ejército, a pesar de las leyes existentes que debieran proteger a personas homosexuales, bisexuales y transexuales”.

“Muchos militares y exmilitares denuncian el machismo, la homofobia y la transfobia que hace la vida imposible a las personas LGBTI visibles en las Fuerzas Armadas”, añade en una carta dirigida a Cospedal.

“Las vejaciones, humillaciones, discriminaciones, comentarios insultantes y situaciones incómodas, así como innumerables obstáculos y frenos en sus carreras profesionales y evaluaciones negativas de los mandos, son el pan de cada día en el Ejército español para muchos homosexuales y transexuales. Se han producido hasta palizas”, prosiguió, “que muchos militares no denuncian para no ver empeorada su situación”.

Por otra parte, el observatorio lamenta que ni el recién aprobado protocolo de actuación contra el acoso sexual y por razón de sexo en las Fuerzas Armadas ni la nueva Unidad de Protección frente al Acoso incluyan la discriminación por orientación sexual.

“Se trató de una oportunidad única perdida de modernizar al Ejército español, hacerlo totalmente inclusivo y dotarlo de un protocolo de actuación integral, capaz de proteger a otras personas que pueden sufrir discriminación en base a su origen racial o étnico, religión, opiniones, convicciones o cualquier otra circunstancia”, concluye.