En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Rufián preguntó a Rajoy si cree que el Gobierno satisface adecuadamente las necesidades del pueblo de Cataluña. “Es nuestra intención y creo que damos pasos en la buena direcicón”, le respondió el presidente.

A modo de ejemplo de esos pasos, subrayó que la primera necesidad de los catalanes, como de los demás españoles, era la creación de empleo, y “poco a poco” se van recuperando los puestos de trabajo destruidos durante la crisis, como muestran los datos “muy positivos” conocidos el día anterior.

El segundo gran objetivo era mantener la prestación de servicios públicos esenciales, y para ello en un momento de “extrema dificultad” se impulsaron mecanismos de liquidez para pagar a quienes prestaban servicios a la Generalitat y se mantuvieron las inversiones en infraestructuras.

Rajoy subrayó también que se ha concretado la conversión de empleados interinos a fijos con las correspondientes pruebas, lo cual afecta a unas 30.000 personas en Cataluña, y dijo ante Rufián que sería “bueno” que la Generalitat participara en el debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.

Rufián celebró lo “previsible” de Rajoy y aseguró que todo lo expuesto por el presidente son “malas noticias” y todas “se curan”. Creer que el empleo va bien, le dijo, “se cura en la cola del paro”; creer que satisfacer las necesidades de Cataluña es hacer un Corredor Mediterráneo que pasa por Madrid “se cura leyendo”; pagarle a Florentino Pérez 1.350 millones de euros de indemnización por un proyecto fracasado “se cura no teniendo según qué amigos”.

Hablar continuamente “con su marca blanca, Ciudadanos” sobre la realidad de Cataluña, sin tener más que una alcaldía, “se cura dejando de ser partidos residuales”; apelar a las sentencias del Tribunal Constitucional “se cura dejando de enviar militantes a su Presidencia”; hacer “flamantes estaciones” de AVE en poblaciones de cien habitantes, concluyó, se cura cogiendo las Cercanías cualquier día a cualquier hora. “Le invito, igual se hace independentista”, manifestó.

Rufián le advirtió de que la voluntad “del 80% del pueblo de Cataluña no se compra ni con mentiras piadosas ni con cristales de colores”. “Nos vemos en las urnas”, concluyó, en referencia a la consulta soberanista.

“No tengo muchas cosas que decirle, con absoluta franqueza”, dijo Rajoy en su segundo turno de respuesta, más allá de decirle a Rufián que “confunde sus necesidades con las de todos”, lo cual es “muy peligroso” porque se corre “serio riesgo de situarse fuera de la realidad”.

El presidente reiteró que intentar salir de la crisis, crear empleo, garantizar los servicios públicos o impulsar las infraestructuras son cosas “que importan” a los ciudadanos de Cataluña, aunque “probablemente a usted no”. “Le respeto, pero le ruego que me respete”, al decir que “alguna razón puedo tener” defendiendo esas políticas, le dijo.