Duran comenzó su discurso señalando que “el principal activo” del acuerdo del domingo en el Ecofin es “tiempo”, el que se ha concedido la UE para emprender reformas. “No da soluciones, sólo tiempo”, especificó, indicando que las reformas “las debe impulsar el Gobierno y refrendar está cámara”.

A continuación, reprochó a Zapatero que el martes 4 dijera que era "una absoluta locura" que España pudiera necesitar un plan de rescate como el griego, y que sólo cinco días después la UE haya indicado "el camino que debe seguir España". Igualmente, le recordó que en su reunión con el presidente del PP, Mariano Rajoy, no tomó ninguna medida de reducción de gasto y ahora, en "una nueva rectificación", lo haya hecho "obligado por los mercados y por la UE".

Según el portavoz de CiU, Zapatero "ha tardado menos de una semana en hacer caso a la 'absoluta locura' que le han puesto sobre la mesa los mercados", después de perder dos años de mandato. "El tiempo por sí solo no arregla los problemas graves", le espetó. "Y es un error garrafal dejar pasar el tiempo sin hacer nada".

"Personalmente me parece grave hacer las reformas porque nos las impone Europa, en lugar de por sentido común y a nuestro ritmo", continuó, recalcando que ello demuestra que "España estaba entre los primeros puestos para el contagio" de la crisis griega.

Duran recriminó también "cierta improvisación" en el plan de recorte, "como suele ser habitual", así como "la debilidad del Gobierno ante el reto de afrontar reformas más profundas". "Sea usted más valiente", le instó.

En concreto, le propuso la supresión de tres o más ministerios, mejorar la productividad, estimular el empleo a través de los autónomos y pymes y acelerar el diálogo social, antes de que "también nos la impongan". En el ámbito laboral, sugirió una financiación parcial de la reducción de jornada al estilo alemán y reducción de las cotizaciones sociales de las pequeñas empresas.

Según Duran, "los mercados desconfian por la falta de credibilidad del Gobierno", por la falta de reformas estructurales y el retraso de la del sistema financiero. "Es verdad que España no es Grecia, pero ha podido parecerlo y en política es lo que importa", advirtió. "Y, sin confianza en el Gobierno, no hay inversión ni consumo".