En un evento de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha, el exjefe del Ejecutivo constató que “España tiene la oportunidad y el potencial de acometer una transformación estructural de su economía”.

Destacó que “España necesita poner el crecimiento económico al servicio de la reducción del déficit público y la deuda pública”. “No se trata de reducir el déficit y la deuda porque lo diga Bruselas, sino de evitar sobresaltos que cualquier cambio en las condiciones de financiación provocaría”, explicó.

Advirtió de que “el contexto global no va a ser siempre tan favorable como lo ha sido en los últimos años” y agregó que “los vientos de cola no van a soplar tan fuertes”. Por ello, dijo que “se necesita continuar con una senda de reformas pendientes”.

“Lo que no sabemos es si el actual escenario político permite pensar en que alcanzará un impulso compartido para que la recuperación siga y se afiance con reformas”, reflexionó, antes valorar que es el momento de “una segunda vuelta de la reforma laboral”.

Seguidamente, dijo que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017, cuyo proyecto se aprobará mañana en el Consejo de Ministros, “deben ofrecer una indicación clara de la capacidad de los partidos para colaborar y de nuestra capacidad como país para infundir confianza.”

Al mismo tiempo, remarcó la importancia de la empresa familiar en la economía española porque “constituye uno de los principales activos” y “tiene un papel esencial en el fortalecimiento del tejido productivo en España”.

Asimismo, apuntó que “el emprendimiento y la innovación, y la figura del empresario como motor de éstos, son tres elementos clave no solo para la recuperación económica, sino para la prosperidad futura de la economía española”.

Por último, manifestó que “lo que hace posible la empresa, el desarrollo económico y social es un marco fiscal adecuado, una normativa comercial simple y un entorno favorable a la innovación y la iniciativa”.