Considerado el nobel de las Matemáticas, este premio reconoce a aquellas personalidades destacadas por su contribución a este campo a lo largo de toda una carrera profesional.

Tiene una dotación de 675.000 euros y lo otorga la academia noruega de Ciencias y Letras en base a las recomendaciones Del Comité Abel. En su edición de 2017, el jurado destaca las aportaciones a la teoría de ondículas del profesor Yves Meyer.

Este modelo permite “atomizar” señales complejas en un tipo de partícula matemática más simple (las denominadas ondículas) y está detrás de la compresión y del almacenaje de datos. Entre otras aplicaciones prácticas, esta teoría ha hecho posible el método de compresión de imágenes digitales JPEG-2000, la eliminación de ruido, las imágenes médicas y el cine digital. Las ondículas también se usan en el estudio del cosmos para restaurar imágenes de satélite y fueron clave en la reciente detección de ondas gravitacionales.

Meyer nació en 1939, empezó su formación como matemático en la École Normale Supérieure (ENS) de París y obtuvo el doctorado en la Universidad de Estrasburgo en 1966. Ese mismo año consiguió un puesto de catedrático de matemáticas en la Université Paris-Sud, donde permaneció hasta 1980. Fue catedrático en la École polytechnique (1980-1986) y en la Université Paris-Dauphine (1986-1995). En 1995 se incorporó a la ENS Paris-Saclay, donde permaneció hasta su jubilación en 2008.

Ha cosechado diversos reconocimientos internacionales, entre los que destacan los premios Salem (1970) y Gauss (2010), otorgados por la Unión Matemática Internacional y la Sociedad Matemática Alemana.

Además, es miembro de la Academia Francesa de Ciencias, miembro honorario extranjero de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, miembro asociado extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y de la Sociedad Estadounidense de Matemática.