“Nuestro mundo ha entrado en un periodo de profunda incertidumbre. En numerosos países, incluso las normas están siendo atacadas, la xenofobia y los llamamientos a la discriminación racial y religiosa han entrado en el discurso dominante, y cada día, aparentemente, están más extendidos y más profundamente arraigados”, apuntó en un comunicado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein.

Zeid añadió que “un fracaso colectivo para prevenir, minimizar y resolver conflictos y guerras de poder está alimentando a grupos extremistas brutales y creando oleada tras oleada el sufrimiento humano más impactante, incluyendo obligar a millones de personas a huir de sus hogares y todo lo que han conocido”.

“Esto es motivo de alarma grave, pero no de abatimiento. Es un grito no a la desesperación, sino a la acción. Y es una prueba de la urgente necesidad de una amplia compasión, estabilidad y desarrollo inclusivo que sustentan los derechos humanos”, apostilló.

Zeid aseguró que “la inversión en derechos humanos contribuye a la prevención en el futuro: la prevención de violaciones cada vez mayores y los impactos destructivos del conflicto”. “Los derechos humanos respaldados devuelven la estabilidad a países y regiones enteros con el avance de la justicia para todos”, agregó.

“FONDOS INSUFICIENTES”

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU, a través de 60 equipos sobre el terreno y acuerdos con otras organizaciones internacionales y locales de todo el mundo, trabaja para asegurar que los principios de los derechos humanos tengan un impacto real en la vida de las personas.

“Mediante la promoción de los derechos humanos, el asesoramiento sobre leyes y constituciones, la formación de las autoridades estatales, así como de las ONG, las investigaciones contundentes y de determinación de los hechos sientan las bases para la rendición de cuentas y amplían las voces de las víctimas de violaciones de derechos humanos”, dijo.

Zeid afirmó que su Oficina está “dramática y crónicamente con fondos insuficientes”, por lo que necesita “socios fuertes” y ampliar su base financiera para incluir a más Estados miembro de la ONU y alentar a la participación de más donantes privados.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU busca este año 252,9 millones de dólares en fondos extrapresupuestarios para su programa de trabajo en 2017, incluyendo la asistencia en los países, el apoyo a expertos independientes y el Consejo de Derechos Humanos, y fondos fiduciarios para apoyar la labor sobre cuestiones como la tortura, formas contemporáneas de la esclavitud y los derechos de los pueblos indígenas. Esta financiación extraordinaria se sumaría al presupuesto ordinario de la Oficina, que asciende a 107,56 millones de dólares (101,9 millones de euros).

"Cada vez más personas se dan cuenta repentinamente de que ya no podemos darnos el lujo de ser complacientes con los derechos humanos y que la erosión de los derechos humanos de otras personas llevará tarde o temprano a la erosión de la nuestra", aseveró Zeid.