Los pinares abarcan el 58% de los grandes incendios forestales en España

- El fuego arrasó el año pasado un 41,4% menos de superficie que la media de la última década

MADRID
SERVIMEDIA

El 58% de los grandes incendios forestales (es decir, los que queman más de 500 hectáreas) registrados en España en los últimos cinco años sucedieron en pinares, mientras que un 21% ocurrieron en especies de matorral (brezos, retamas, jaras...) y un 10,5% en bosques de quercíneas (encinas, robles o alcornoques), en tanto que un pequeño porcentaje afectaron a eucaliptos y a pastos.

Ésta es una de las conclusiones de un informe de Ecologistas en Acción hecho público este martes, el cual examina 95 grandes incendios forestales detectados en los últimos cinco años, entre 2012 y 2016.

El documento señala que existe un perfil de tipo de monte o masa forestal más susceptible de sufrir este tipo de desastres y otro con menos probabilidades de ser pasto de las llamas.

Así, indica que los pinos (en sus variantes carrasco, resinero, piñonero, albar y canario) son las especies dominantes que más sufren los grandes incendios forestales, a pesar de ser las masas con más actuaciones de limpieza o de cortafuegos.

En segundo lugar están los matorrales, debido a la acción humana producida en el monte bajo a través del uso del fuego con fines ganaderos o agrícolas.

Por el contrario, el informe indica que los montes menos afectados son los que disponen de “verdaderos bosques naturales bien conservados”, principalmente los poblados por especies de quercíneas, donde la intervención dirigida a la prevención de incendios está mucho más limitada por la menor vulnerabilidad de esas masas y, sobre todo, por los condicionantes derivados de la protección ambiental de esos bosques.

MENOS REPOBLACIONES CON PINOS

Estos perfiles se trasladan a la distribución geográfica de los grandes incendios forestales, puesto que las grandes llamas se producen más en el noroeste (Galicia, Asturias y las provincias de Zamora y León en Castilla y León), en el eje de la península en torno al Sistema Central y el Alto Tajo (Madrid, sur de Castilla y León y norte de Castilla-La Mancha y Extremadura) y en el Levante (desde Málaga hasta Girona).

Esas zonas tienen una abundancia de pinares repoblados, mientras que los Montes de Toledo, Sierra Morena y buena parte de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos están menos afectados por disponer de grandes extensiones de monte mediterráneo y atlántico dominado por quercíneas u otras especies frondosas.

Ecologistas en Acción recalca que Canarias es una singularidad en este contexto, dado que, aunque los pinares allí son autóctonos de pino canario, se trata de bosques muy proclives a los grandes incendios que favorecen la recolonización con los mismos pinos tras el fuego.

No obstante, el informe destaca que “la buena conservación y protección de nuestros bosques naturales es sinónimo de freno a los grandes incendios forestales”.

Ecologistas en Acción propone varias medidas para evitar y prevenir los grandes incendios forestales, entre ellas mejorar la información pública y el estudio de las zonas afectadas por el fuego para conocer la tipología y el modelo de gestión de las masas forestales, promover la “naturalización” masiva de los montes con el fomento de especies de quercíneas y frondosas autóctonas en lugares repoblados con pinares o especies alóctonas y reducir las repoblaciones con pinos.

También recomienda priorizar la regeneración natural frente a la repoblación tras un incendio, limitar las actuaciones de limpieza de montes e infraestructuras contra incendios a zonas periféricas urbanas o de grandes infraestructuras de transporte, fomentar galerías y orlas forestales como alternativa a zonas y áreas cortafuegos, y no realizar tareas forestales de limpieza en bosques y montes de quercíneas que tengan valor natural y estén en buen estado de conservación, sino dirigirse a zonas intervenidas, degradadas o repoblaciones.

UN 41,4% MENOS EN 2016

Por otro lado, los incendios forestales calcinaron el año pasado un total de 65.246,29 hectáreas en España, lo que supone un 41,4% menos respecto a la media del último decenio (100.957,54) y un descenso del 35,4% respecto a 2015 (111.396,00), según datos provisionales de enero a diciembre de 2016 proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Los datos del departamento dirigido por Isabel García Tejerina, recogidos por Servimedia, indican que 2016 fue el quinto año con mayor superficie forestal quemada por los incendios del último decenio, por detrás de 2014 (48.717,83), 2008 (50.322,09), 2010 (54.769,88) y 2013 (61.690,61). Las elevadas cifras de 2012 (218.956,59) y de 2006 (155.344,83) disparan la media de la década.

De la superficie arrasada por el fuego, que supone el 0,237% del territorio nacional, un total de 6.438,13 hectáreas corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto, a vegetación leñosa, concretamente 35.639,29 de matorrales y monte abierto, y 23.168,87 de superficie arbolada.

El año pasado se produjeron en España un total de 8.810 siniestros forestales, de los que 2.338 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 6.472 conatos (menos de una hectárea quemada).

Así, 2016 fue el año con mejor número de incendios forestales del último decenio, por delante de 2013 (3.089), 2014 (3.196), 2007 (3.413) y 2010 (3.910). Sin embargo, se declararon 22 grandes incendios (con más de 500 hectáreas afectadas), una cifra que se acerca a la media de la década (23), pero es superior a las de 2008 (6), 2014 (7), 2010 (11), 2015 (14), 2007 (15) y 2013 (17).

(SERVIMEDIA)
24 Ene 2017
MGR/gja