Según explicó Del Río a Servimedia, este tipo de vertidos "se disgrega poco a poco en partículas pequeñas que tienen componentes tóxicos y terminan siendo ingeridos por especies". Por lo tanto, considera que estas sustancias "acabarán dentro de la cadena alimentaria".

En Estados Unidos, según indicó, se ha comprobado que los tóxicos del buque petrolero "Exxon Valdez" (que causó un vertido en Alaska en 1989) "siguen dentro de los ecosistemas".

"Después de 20 años, los animales se siguen alimentando del crudo que vertió este buque, y muchas de estas sustancias son cancerígenas y causan efectos graves para la salud a largo plazo", señaló Del Río.

Por otra parte, Greenpeace avisa de que este vertido podría causar "graves daños económicos" en las zonas afectadas y, especialmente, a la industria del marisco.

"Podría provocar un desastre muy grande, porque estas especies son grandes filtradoras y es muy fácil que incorporen tanto los contaminantes del combustible como el dispersante químico que se utiliza para hundir la mancha", señaló esta experta.

La zona afectada es "muy sensible" e incluye "muchos espacios protegidos". Según dijo Del Río, "por ellos pasan tres cuartas partes de las aves migratorias marinas de Estados Unidos" e integran dos millones de hectáreas de espacios como humedales, marismas y pantanos.

Sólo en el delta del Mississippi se estima que viven 400 especies protegidas y "es muy probable que los cetáceos de la zona hayan entrado ya en contacto con el combustible".

Greenpeace cree que "será muy difícil limpiar las aguas del combustible", y alerta de que "siempre quedan partículas en el fondo marino".

ESPAÑA, TAMBIÉN EN RIESGO

Los ecologistas quieren aprovechar esta catástrofe ecológica para advertir de "todo el peligro asociado a la industria del petróleo", del que tampoco se libra España.

"En España también hay prospecciones petrolíferas, extracciones de crudo en plataformas, prácticas como el 'bunkering' y vertidos constantes. Igualmente se podría producir un vertido de estas características", concluye Del Río, que hizo hincapié en el riesgo existente en la bahía de Algeciras (Cádiz), "donde se acumula una gran presión industrial".