Tabaco
El 66% de los pacientes con trastornos mentales graves fuma y esta adicción no se suele tratar
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El 66% de los pacientes con trastornos mentales graves fuma y, sin embargo, esta adicción que tiene muchos efectos nocivos en la salud no se suele tratar, aseguró el psiquiatra del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Carlos Parro, en el marco del 26º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que se ha celebrado en Mallorca.
Esta estrecha relación entre trastorno por uso de tabaco y otros trastornos mentales, según Parro, se debe a la existencia de factores comunes neurobiológicos y sociales que conducen tanto al desarrollo del trastorno adictivo como a sufrir otros trastornos mentales. “Probablemente, una de esas alteraciones neurobiológicas sea la del sistema cerebral colinérgico nicotínico endógeno, que produce síntomas emocionales y cognitivos que el consumo de tabaco puede aliviar temporalmente.”
Muchos pacientes “probablemente” encuentran en el consumo de tabaco una mejoría temporal de algunos de sus síntomas, lo que les hace desarrollar “una adicción más grave que las personas sin otros trastornos mentales, y esto hace que el tratamiento sea más complejo y que los porcentajes de recuperación sean más bajos”, agregó.
“Sabemos que los pacientes tienen mucho interés por dejar de fumar, por lo que debemos darles la oportunidad y apoyarles con todos los recursos que tenemos. Al final, conseguir que nuestros pacientes dejen de fumar es probablemente la intervención más efectiva para alargar la vida de las personas con trastornos mentales graves, de forma que si no identificamos y abordamos este problema les estamos privando del derecho a ser ayudados a dejar de fumar y a vivir más”, subrayó el doctor Parro, que ha animado a los profesionales de la salud mental presentes en el Congreso a apoyar que la gente deje de fumar “siempre que así lo deseen y a trabajar la motivación de aquellos que aún no se sienten preparados para dar el paso, ofreciendo alternativas como la reducción del daño o tratamientos sustitutivos alternativos”.
El doctor Parro reconoció que existe un porcentaje muy importante de las personas que sufren trastornos mentales graves que van a fracasar en sus intentos de dejar de fumar o que nunca se van a ver motivados para hacerlo. En estos casos, según el psiquiatra, cualquier alternativa que disminuya significativamente el riesgo de complicaciones para la salud derivadas del consumo de tabaco está justificada. “Probablemente debamos atrevernos a extender los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos, buscar objetivos que no sean la abstinencia o utilizar otros productos que suministran nicotina (cigarros electrónicos o tabaco sin combustión). Entiendo la preocupación que los productos 'smoke-free' generan a nivel de salud pública, pero a nivel individual para las personas con trastornos mentales graves pueden ofrecer una ventaja que mejore la salud y la calidad de vida de las personas que, aunque quieran, no pueden dejar de fumar, por lo que deberían contemplarse en los planes de salud pública para aquellos pacientes con especial dificultad en dejar de fumar, como son los pacientes con enfermedad mental grave”, concluyó el doctor Parro.
(SERVIMEDIA)
19 Abr 2024
MAN/gja