Investigadores españoles detectan nueve especies de cicindelas en las estepas salinas mediterráneas
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Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han detectado la presencia de nueve especies de cicindelas o escarabajos tigre en torno a las 27 lagunas salinas que forman el área salada de los humedales manchegos.
Se trata del punto de Europa donde se concentra la mayor diversidad de cicindelas. Su presencia es una prueba de que la salud de estos hábitats ha mejorado tras su inclusión en la Red Natura 2000.
Las cicindelas, que pertenecen a la familia de los carábidos, presentan dos especies, 'Cephalota circumdata' y 'Cephalota dulcinea', incluidas en el catálogo de especies protegidas de Castilla-La Mancha. “Para establecer los patrones de distribución de los escarabajos hemos partido de la observación y registro de 1.462 especímenes detectados durante un año de observación continuada”, explicó la investigadora del MNCN Paula Rodríguez-Flores.
Cada una de las nueve especies detectadas tiene su propia ecología, de manera que hay poca superposición entre ellas, tanto espacial como temporal. La mayoría vive en los lagos salinos secos o en humedales con escasa cobertura vegetal y parecen reemplazarse a medida que avanza la estación y cambian las condiciones climáticas.
En concreto, ‘Calomera littoralis’ y ‘Myriochila melancholica’ prefieren suelos más húmedos; ‘Cephalota circumdata’ habita en las lagunas de sal, ‘Cepahlota dulcinea’ y ‘Cylindera paludosa’ seleccionan áreas abiertas con vegetación halófila (plantas capaces de vivir en medios con gran cantidad de sal); ‘Cephaltoa marura’ está presente en zonas modificadas por los usos humanos; por último, ‘Cicindela campestris’, ‘Cicindela maroccana’ y ‘Lophyra flexuosa’ se encuentran en medios diversos al principio de la primavera y el otoño.
PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN
Las cicindelas son bioindicadores de la salud del hábitat que forman los humedales mediterráneos. En estas áreas hay lagunas endorreicas que no tienen salida, se mantienen con el agua de lluvia que reciben y se secan durante el verano dejando una costra de sal.
En este sentido, el investigador del MNCN Mario García París indicó que “estas formaciones geológicas son extremadamente raras y, precisamente por sus peculiaridades geológicas, forman hábitats que albergan una extraordinaria biodiversidad”.
Los problemas de conservación a los que se enfrentan estas especies singulares están asociados al uso de productos fitosanitarios y maquinaria pesada en la agricultura así como al manejo inadecuado de vehículos deportivos. “Los intentos para restaurar los hábitats originales, limpiando las lagunas salinas y recuperando la vegetación halófila que las caracteriza debería tener un efecto positivo en la heterogeneidad espacial de los lagos y en la diversidad de las cicindelas”, concluyó García.
(SERVIMEDIA)
24 Nov 2016
CJC/gja