Nada más comenzar el discurso del Rey, Bernal, sentado en la parte central del hemiciclo justo enfrente de la tribuna y en la parte más alta, se puso en pie y en absoluto silencio desplegó la bandera tricolor en la que, para más señas, se podía leer "II República".

Al concluir el acto, explicó que con ese gesto quiso representar a todas las personas que se identifican con la demanda de un nuevo proceso constituyente y que no reconocen a Felipe VI como jefe del Estado porque no se ha presentado a las elecciones y no ha sido elegido en las urnas.

Reconoció que fue una decisión individual y no acordada con la dirección del Grupo y que pensaba que no le iban a permitir exhibir la bandera pero "ha sido todo muy respetuoso". Sus compañeros de Izquierda Unida portaban en las solapas unas escarapelas con los colores de la bandera republicana.

Bernal explicó que sus convicciones republicanas vienen de años atrás y quería "que estuvieran presentes en la Cámara". El discurso del Rey le pareció repleto de "muy buenas intenciones" pero propio de quien interpreta "un papel" que él no reconoce.

Dejó claro que asume toda la responsabilidad que se pueda derivar de su gesto y que es consciente de que puede ser sancionado no solo por su propio grupo parlamentario sino por los órganos de gobierno de la Cámara si consideran que ha vulnerado sus deberes como diputado.