En su primer discurso como presidente, más tranquilizador que los que ha proununciado durante su campaña, ha dicho que ahora "es el momento de curar heridas y es hora de que los estadounidenses nos unamos".

Asimismo, ha pedido también la ayuda de los ciudadanos que no le han votado, porque su programa es "trabajar juntos y unificar nuestro país".

"Lo nuestro no era una campaña, era un movimiento grande, increíble, formado por millones de hombres y muejres que aman nuestro país y que querían un futuro mejor para ellos y sus familias. Un movimiento compuesto por personas de todas las razas, creencias y religiones. Trabajando juntos emprenderemos la tarea de renovar el sueño amricano", agregó el recién elegido máximo mandatario de EEUU.

Ha aludido al "talento" de la nación norteamericana, en el que se basará para llevar adelante su proyecto de "crecimiento y renovación nacional" y ha tenido palabras tranquilizadoras para la comuniad internacional, "haremos acuerdos justos con todos los pueblos y naciones. Buscaremos una base común para lograr acuerdos y no buscaremos el conflicto".

También se refirió a la candidata democráta Hillary Clinton, a quien agradeció su trabajo como secretaria de Estado y por haberle llamado para felicitarle.

Por último, auguró que "doblaremos nuestro crecimiento económicoy seremos la economía más fuerte del mundo".