La pobreza en España, lejos de disminuir, sigue aumentando cada año. Así lo afirmó Susías, quien señaló que son ya “13.334.573 personas las que viven en riesgo de pobreza o exclusión social en nuestro país, 1.062.084 más que en 2010” (último año del anterior periodo estudiado del indicador europeo AROPE, que mide el riesgo de pobreza o exclusión social).

“Ningún Estado que se considere democrático puede dejar en la cuneta de la exclusión social a casi 14 millones de personas”, afirmó. “La situación de pobreza que vivimos hoy es consecuencia directa de la ausencia de una política clara de lucha contra esta situación, que se traduce en un empeoramiento paulatino de las condiciones de vida de la mayoría de la población”, indicó.

España es el tercer país con mayor desigualdad de la UE, después de Rumanía y Bulgaria, y registra importantes diferencias, además, entre comunidades autónomas. Por ello, continuó Susías, son “obligaciones ineludibles” del próximo Gobierno “el establecimiento de un pacto de Estado contra la pobreza y la creación de un verdadero sistema de rentas mínimas, que permitan mantener una vida digna a todas las personas en situación de desprotección, sin importar su lugar de residencia”.

La lucha contra la exclusión y sus efectos supone, según Susías, “una responsabilidad ética y política”; “una carrera de fondo” en la que todas las personas, instituciones y organizaciones sociales deben tomar parte.

La pobreza, continuó, “no puede atajarse sólo con medidas paliativas, sino que es necesario enfocar nuestras acciones a las causas que la producen, con iniciativas adecuadas en las políticas económicas, educativas, sanitarias, de vivienda, fiscales y de protección social”.

"Necesitamos que las personas cuenten con una garantía de ingresos”, para lo que “es imprescindible el desarrollo de medidas para el empleo digno, mantener la sostenibilidad de las pensiones o analizar la viabilidad de un esquema de renta básica”, entre otros aspectos.

En un momento en que el 28,6% de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, “sólo mediante políticas de redistribución de la riqueza podemos mejorar la vida de las personas, sobre todo de las más vulnerables”, concluyó.