(Entrevista)
Unos cuatro millones de personas realizan actividades de voluntariado en España
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Este viernes se cumple un año de la promulgación de la Ley 45/2015 de Voluntariado, que reformó la norma preexistente en la materia, de 1996. Según datos de la Plataforma del Voluntariado, unos cuatro millones de personas realizan actividades de voluntariado en España.
El perfil del voluntariado en España sigue siendo mayoritariamente femenino y la etapa donde se registra una mayor demanda es de los 14 a los 24 años. Tras ésta, se produce un periodo de parón y la actividad voluntaria se vuelve a retomar en la madurez, a partir de los 45 años.
Así lo afirmó Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Voluntariado de España, quien subrayó que, según los últimos datos del Observatorio de la Plataforma del Voluntariado de España, existen “alrededor de cuatro millones de personas voluntarias en nuestro país”.
En los últimos años se ha incrementado notablemente el voluntariado en España. ¿A qué se debe esta mayor vocación voluntaria?
Los estudios que hemos realizado desde la Plataforma del Voluntariado de España indican que la población ha venido aumentando su colaboración con las ONG en lo que respecta tanto a donaciones como a su participación en actividades de voluntariado.
No sabemos exactamente cuáles son los motivos que llevan a las personas a contribuir más con las entidades sociales, pero podemos imaginar que nuestra sociedad está respondiendo ante el aumento de la necesidad, como nos deja ver el hecho de que observemos una tendencia de crecimiento del voluntariado social, que es el que tiene como destinatarias a las personas en riesgo de exclusión. Vamos a ver qué nos muestra el estudio de este año. Somos optimistas.
¿Desde cuándo se reconoce legalmente la figura de la persona voluntaria en España?
La primera ley estatal que reguló la acción voluntaria en nuestro país es del año 1996.
La nueva Ley del Voluntariado, que justo hoy cumple un año, vino para reformar la anterior y es fruto del consenso de todas las organizaciones, una norma en la que hemos colaborado activamente todo el Tercer Sector. Esta ley es de las entidades de voluntariado y recoge las distintas sensibilidades y necesidades existentes en el sector.
¿Qué ventajas tiene para el voluntariado la existencia de un marco legal que lo englobe?
Creo que la nueva ley es muy importante para todas las partes implicadas: entidades, personas voluntarias, agentes impulsores de voluntariado (como las empresas o las universidades)… La norma actual ha aclarado el papel de cada cual y ya no hay lugar para equívocos.
Por otra parte, se trata de una ley que ha venido a regular la realidad de un sector. Una de las mejoras más interesantes que introduce es la de deslindar el voluntariado de la caridad: la tarea voluntaria pasa a definirse claramente como un derecho de las personas. Se entiende, gracias a este avance normativo, como el derecho de la ciudadanía a participar, a implicarse en el mundo en que vivimos.
De esta forma, la ley vigente establece que este derecho debe estar presente a lo largo de toda la vida de una persona y en todas las esferas, lo que supone un impulso necesario y merecido a la acción voluntaria y su contribución al desarrollo de la sociedad.
La nueva ley reconoce nuevos ámbitos de actuación y formas en los que se puede promover el voluntariado. ¿Cuáles son?
Sí; la nueva ley contempla hasta diez ámbitos desde donde se puede ejercer la tarea voluntaria: incluye desde la atención a personas hasta la intervención con el medio ambiente, así como otros tipos de voluntariado, tales como el deportivo o el cultural... Incluso se incorpora a esta ley un nuevo concepto, que es el voluntariado internacional, una actividad que supone la actuación solidaria más allá de las propias fronteras del país y ese es un aspecto muy novedoso.
Tras un año de existencia de esta nueva Ley de Voluntariado, y de la primera del Tercer Sector de Acción Social (aprobadas ambas en octubre de 2015), ¿considera que eran necesarias estas normas?
Por supuesto, ambas leyes contribuyen enormemente al fortalecimiento del sector social, a las garantías con las que cumple su función en la sociedad y, por supuesto, a los intereses de la ciudadanía respecto al compromiso con los derechos sociales, la defensa de los valores, la participación y la cohesión social.
La nueva Ley del Voluntariado suponía una necesaria adaptación a la nueva realidad social, después de casi 20 años de vida de la norma anterior, y, tras este primer año de existencia, podemos afirmar sin duda que ha supuesto un paso adelante para el reconocimiento de la labor de las cuatro millones de personas que ponen su tiempo a disposición de quien más lo necesita.
(SERVIMEDIA)
14 Oct 2016
IHS/caa