‘Osos perro’ del tamaño de un chihuahua vivieron en el hemisferio norte hace millones de años
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Animales de aspecto feroz llamados ‘beardogs’ (‘osos perro’) y del tamaño de un chihuahua recorrieron el hemisferio norte hace entre unos 40 y 5 millones de años, gracias a una nueva investigación que analiza fósiles del cráneo de dos especies primitivas muy pequeñas.
El estudio, publicado en la revista ‘Royal Society Open Science’ y basado en la tomografía computarizada avanzada, identifica dos fósiles que anteriormente se consideraban carnívoros genéricos (una orden grande y diversa de mamíferos) como algunos de los primeros miembros conocidos de la familia de ‘osos perro’. Esos fósiles son de animales que que no pesaban más de 2,3 kilos, tenían aproximadamente el tamaño de un chihuahua y eran mucho más pequeños que sus descendientes de la cadena evolutiva.
El trabajo revela que si bien la evidencia de ‘osos perro’ se ha encontrado en todo el hemisferio norte, pueden tener su origen o principio diversificado en partes de lo que hoy es el suroeste de Estados Unidos.
"Nuestra investigación señala el suroeste de los Estados Unidos como una región clave en la comprensión de la diversificación y proliferación de este grupo antes exitoso de depredadores antes de su extinción millones de años atrás", apunta Jack Tseng, profesor asistente en el Departamento de Patología y Ciencias Anatómicas en la Escuela Jacobs de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Búfalo (Estados Unidos).
Descritos por primera vez en 1986, los fósiles de esos animales, que fueron encontrados en Texas, quedaron asignados originalmente al género ‘Miacis’, una especie de categoría 'miscelánea' para los primeros carnívoros, basada principalmente en características externas.
"Fue lo mejor que se podía hacer en ese momento", apunta Tseng, que hizo el trabajo con una beca postdoctoral en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Susumu Tomiya, investigador en el Museo Field de Historia Natural de Chicago, es el autor principal del artículo.
TOMOGRAFÍAS COMPUTARIZADAS
Según Tseng, los primeros anatomistas basaron su hipótesis sobre las características superficiales como las formas de los dientes y las ubicaciones de las aberturas craneales desde donde salen los vasos sanguíneos y los nervios, así como otras características externas, con lo que les asignaron al género 'Miacis'.
"No estamos diciendo que hemos resuelto cuál es su lugar en el árbol de la vida, pero es el mayor progreso que se ha hecho en un cierto tiempo. Nuestro trabajo proporciona una conexión clara entre el resto de la familia de 'osos perro' y sus raíces evolutivas", recalca Tseng.
Tomiya decidió estudiar los fósiles cuando ‘tropezó' con uno de los especímenes de la colección del Museo Field. "Pensé que parecía extraño y demasiado avanzado para lo que se había afirmado ser: un carnívoro más primitivo", subraya, antes de añadir: "Me recordó a algunos 'osos perro' mucho más grandes, así que decidí echar un vistazo más de cerca".
Para ello, empleó reconstrucciones de rayos x a través de tomografías computarizadas en 3D de la anatomía intracraneal de los fósiles. Tseng llevó a cabo un análisis mucho más detallado y lento con más de 1.000 trozos de tomografía computarizada del cráneo, a lo que se añadió la dificultad de examinar un cráneo muy pequeño (el animal entero no era mayor que un chihuahua) y el hecho de que los espacios interiores el cráneo todavía estaban llenos de roca.
Veinte años antes, Xiaoming Wang, del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, surigió que, sobre lo que podía verse externamente, ese animal estaba probablemente relacionado con los 'osos perro' y pudo haber tenido una ensenada profunda (un espacio de hueso con cerramiento) en la zona de su oreja. "El desarrollo de esa función es característico de 'osos perro'", comenta Tseng.
(SERVIMEDIA)
12 Oct 2016
MGR/pai