Dicha fuerza empezaría a utilizarse de modo experimental en 2012, con el objetivo de que estuviera completamente operativa en 2016.

Esta es una de las iniciativas del Departamento de Defensa de Estados Unidos para hacer más ecológicas las fuerzas armadas de aquel país, que actualmente son responsables del 80% del consumo de energía del Gobierno.

El Pentágono también se ha comprometido a que un 25% de la electricidad que consume el ejército proceda de fuentes renovables en 2025, y trabaja en el desarrollo de un avión de combate que utilice combustibles ecológicos.

Se trata del F/A-18 Super Hornet, la aeronave con mayor consumo de combustible de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, que mañana, jueves, volará por primera vez con un combustible formado por una mezcla al 50% de queroseno ordinario y camelina, una planta oleaginosa capaz de producir un biocombustible de altas prestaciones.

Asimismo, el Departamento de Defensa está invirtiendo en aerogeneradores y en la creación de una gran planta de energía solar en su base de Fort Irwing (California) con el objetivo de conseguir que estas instalaciones sean autosuficientes dentro de 10 años y no dependan de la red eléctrica estadounidense.

Por su parte, el Cuerpo de Marines de Estados Unidos ha puesto en marcha el programa “10X10”, que tiene por objetivo reducir su consumo de energía y agua durante la próxima década.

“El Departamento de Defensa se toma el cambio climático en serio”, aseguró Amanda Dory, vicesecretaria para Estrategia del Departamento de Defensa, con motivo de la presentación de un informe en el que su departamento revisaba sus prácticas a largo plazo y en el que se reconocía el calentamiento global como una amenaza para la seguridad.