Blanco respondía así, tras presentar el proyecto de ampliación de la AP-9 en Santiago, a preguntas de los periodistas sobre la veracidad de las voces que lo señalan como contrario a la integración gallega.

Así, insistió en que valora todas las actuaciones que se están llevando a cabo. "En ningún caso he manifestado crítica alguna a los procesos que estaban en marcha", puntualizó, y deseó que las cajas gallegas "acierten con la solución que finalmente adopten". En este sentido, reiteró que son las propias entidades financieras las que deben decidir "de acuerdo al organismo regulador, que es el Banco de España".

El ministro hizo hincapié en que "lo importante" es tener cajas de ahorro "fuertes, capaces de garantizar el crédito y con musculatura para responder a los desafíos que tiene en este momento el sistema financiero".

Asimismo, se negó a matizar sus polémicas palabras en las que utilizó la expresión "patriotismo de hojalata" para referirse al debate sobre el futuro de las cajas gallegas, pero sí aclaró que al decirla "no estaba pensando en nadie en concreto".

Así, tras recordar que en su reflexión fue preguntado por la posición de los ayuntamientos y, en concreto, de dos alcaldes gallegos, explicó que se refería a que "en una economía global, los debates excesivamente locales, excesivamente pequeños, sin perspectivas de futuro, no contribuyen en nada a garantizar una respuesta desde el sistema financiero a la crisis".

En esa misma línea, alegó que "las visiones cortoplazistas, de corto alcance, no contribuyen a ese objetivo general que es tener entidades financieras fuertes que puedan ayudar a empresas y a familias".