El banco quiso dejar claro que pretende llevar a cabo la aplicación de estas medidas de “forma acordada” con los representantes de los trabajadores.

En un comunicado, el banco explicó que entre los criterios que se tendrán en cuenta se encuentra el de transformar y adaptar las actuales estructuras territoriales de apoyo a la red comercial.

Así, se potenciará la acción de las oficinas mediante la aplicación de un modelo “más ágil, sencillo, eficiente y con mayor calidad y rapidez de respuesta a los clientes”.

Por otra parte, se quiere “optimizar” la red de sucursales, con la adaptación de la dimensión de los equipos humanos en determinados entornos, con el objetivo de mejorar la rentabilidad del negocio.

En este sentido, se quiere dotar a la red de sucursales de los medios técnicos adecuados a través del proceso de transformación digital por el que la entidad apuesta.

Además, Popular va a redimensionar los servicios corporativos y áreas de servicios centrales, con un ajuste de las estructuras al nuevo modelo y dimensión de la red comercial e implantando procesos tecnológicamente más avanzados.