Esa es la idea que el presidente trasladó al ser preguntado en rueda de prensa en Washington, donde participa en la cumbre de seguridad nuclear organizada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Aseguró que el documento propuesto por el Gobierno a los agentes sociales es “innovador, reformista”, y cumple el objetivo de “facilitar los costes a las empresas en las relaciones laborales sin que los trabajadores pierdan derechos”.

Aseguró que el trabajador mantendrá “exactamente” los mismos derechos que ahora y la percepción de la indemnización, pero se abre la puerta para que ese despido pueda resultar “menos costoso a los empresarios”.

En este sentido, afirmó “rotundamente” que no sólo no supondrá merma de los derechos de los trabajadores sino que con esa propuesta “se puede mejorar el funcionamiento” del mercado laboral porque se facilitará la movilidad y permitirá que la indemnización vaya vinculada al trabajador y no a la empresa.

El presidente reconoció que la alternativa “más sólida” es que sea el Estado el que haga esa aportación a la indemnización, dentro de lo que ahora son los incentivos a la contratación, que suponen entre 3.000 y 4.000 millones de euros, y sería una “vía de entrada” a un contrato indefinido para corregir el excesivo peso de la temporalidad.

Es un modelo “pensado y calculado”, aseguró el presidente, aunque muchas concreciones están pendientes de las conversaciones en la mesa del diálogo social.