En nota de prensa, el doctor Raúl Olivares, director médico de Barcelona IVF, apunta que “durante el período de vacaciones estivales las pacientes no tienen que preocuparse por compatibilizar los tratamientos con su agenda laboral, algo que puede producir cierta tensión al intentar mantener el secreto en su entorno de trabajo”.

La relación entre el estrés y la fertilidad ha sido además ampliamente constatada y analizada por numerosos estudios médicos en los últimos años. Entre ellos figura una investigación de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) que demuestra que cuando las mujeres se encuentran bajo estrés y tensión, su cuerpo produce adrenalina y tiende a retrasar o incluso frenar la producción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), clave en la ovulación y en el ciclo reproductivo.

En la misma línea, otro estudio de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos) prueba una relación significativa entre factores psicológicos como el estrés y la ansiedad y la probabilidad de quedarse embarazada tras un tratamiento de fecundación in vitro o inseminación artificial.

El trabajo también apunta a la producción de adrenalina y a su efecto en el hipotálamo, una zona del cerebro que junto al estrés controla el proceso de reproducción humana, inhibiendo la hormona que favorece la ovulación.

Además de reducir el estrés, Barcelona IVF recomienda que ambos progenitores lleven una vida saludable y una alimentación sana rica en antioxidantes, y que optimicen las relaciones sexuales centrándolas en el período de ovulación.