La cuantía del déficit del Estado se ha reducido en un 1,4% desde los 21.648 millones del primer semestre del ejercicio anterior.

Los datos muestran que en términos de PIB, el déficit del Estado fue equivalente al 1,9%, 0,10 puntos porcentuales menos que el mismo periodo de 2015 y 0,20 puntos menos que el déficit registrado en el mes de mayo.

Durante los seis primeros meses del ejercicio, los recursos no financieros del Estado alcanzaron los 79.368 millones de euros, un 3,9% menos frente a los 82.594 millones del mismo periodo de 2015.

Por su parte, los ingresos por impuestos y cotizaciones ascienden a 72.856 millones, de los cuales 21.651 corresponden a impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio y 47.037 millones a impuestos sobre la producción y las importaciones, que crecen un 1,7% debido fundamentalmente a la evolución de los ingresos por IVA, que aumentan un 2,7% respecto al mismo periodo del año anterior.

En cuanto al resto de recursos, que se incrementaron un 14,9%, destacan los dividendos y otras rentas, con un aumento del 10,2% por los mayores dividendos procedentes del Banco de España.

En relación con los empleos no financieros, continúa la reducción de los gastos del Estado en el mes de junio, con una caída acumulada del 3,4% en lo que va de año, hasta los 100.711 millones.

Hacienda constata un "descenso generalizado" en las principales rúbricas de gasto, con una caída del 3,9% en las transferencias corrientes entre administraciones públicas, que son la partida de mayor volumen y ascienden a 56.154 millones de euros.

Además, destaca el descenso de las transferencias realizadas al Servicio Público de Empleo Estatal para financiar las prestaciones por desempleo en 3.093 millones, "gracias a la favorable evolución del mercado laboral".

En sentido contrario evolucionan las transferencias destinadas a comunidades autónomas, que aumentan un 1,4%.

Entre las partidas de gasto corriente que aumentan, destacan las prestaciones sociales distintas de las transferencias sociales en especie, que registran un incremento del 4,8%, consecuencia fundamentalmente del crecimiento de las pensiones de clases pasivas.

También aumenta la remuneración de asalariados, en un 2,3%, por la devolución del 50% de la paga extra aplazada en diciembre de 2012, frente al 25% devuelto en el mismo periodo de 2015, y por la actualización de las retribuciones en un 1% en 2016.