A Van Bonzel, que intervino en la edición de este jueves del evento informativo que organiza Nueva Economía Fórum, se le preguntó en el coloquio posterior por la posible influencia de la ética calvinista en una lógica de países buenos y malos que justifique castigar a éstos últimos si no son capaces de cumplir con sus obligaciones.

El embajador, que ya hablando de la unión bancaria había afirmado que “las reglas que tenemos, tenemos que aplicarlas meticulosamente”, contestó siguiendo el mismo patrón. Según dijo, aunque la ética calvinista “ha inspirado en parte el Derecho”, lo que importan son los productos de dicha influencia, las normas, porque aplicarlas es “la única manera de vivir juntos en una unión de países”.

Van Bonzel puntualizó que la UE es eso, una unión de países, y no de amigos, por lo que no se puede consentir que unos estados escapen impunemente sólo porque sean aliados.

“Tenemos unas reglas y hay que cumplirlas meticulosamente”, proclamó, añadiendo que los estados pagan y muy bien, a la Comisión Europea para que “haga el trabajo sucio”. Así, Bruselas “hace que cada país respete las normas”, porque “es la única forma que hay de funcionar en el mundo”.