Discapacidad. Las personas sordociegas reclaman visibilidad e integración plena en la sociedad
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Las personas sordociegas reclaman su visibilidad e integración plena en la sociedad para poder ser autónomas, según reivindicaron este lunes la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (Fasocide), la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (Apascide) y la Fundación ONCE para la Atención a Personas con Sordoceguera (Foaps), principales entidades involucradas en esta discapacidad, que se han unido bajo el lema ‘Caminando sin barreras’ en una jornada en la que se conmemora el Día Internacional de las Personas Sordociegas.
Con motivo de esta conmemoración, las principales entidades del ámbito de la sordoceguera reclamaron el derecho que tienen estas personas a ser visibles ante los demás y alcanzar una plena integración en la sociedad.
Para ello, las tres organizaciones solicitaron que la sociedad conozca el significado del bastón blanco y rojo que identifica a los miembros de este colectivo. La incorporación de una franja roja al bastón blanco, habitualmente utilizado por las personas con ceguera o discapacidad visual grave, evidencia la presencia también de una discapacidad auditiva en el usuario.
Se trata de un distintivo que aporta mayor seguridad en la autonomía de los desplazamientos, puesto que les facilita su posible comunicación con el resto de personas, conscientes de su discapacidad.
INFORMACIÓN Y CENSO
Fasocide, Apascide y Foaps se unen también para reclamar la incorporación de información de este bastón en los reglamentos de circulación, así como en charlas, campañas y demás jornadas sobre seguridad vial.
Al mismo tiempo, piden apoyo institucional para la realización de campañas de gran alcance que garanticen el reconocimiento por parte de la sociedad del significado de este bastón.
A falta de un censo exhaustivo, se calcula que en España hay más de 6.000 personas sordociegas, si bien estiman que sería necesaria la elaboración de un censo completo que contenga toda la información necesaria para un conocimiento profundo de las características de este colectivo, con el fin de identificar los posibles recursos que necesitan estas personas en todos los ámbitos a lo largo de su vida. Para la creación del censo consideran indispensable el compromiso por parte de todas las instituciones, públicas y privadas.
Asimismo, indican que se debería hacer un esfuerzo para detectar los casos de personas con sordoceguera que actualmente estén aisladas, sin ayudas específicas o en entornos inadecuados, así como promover la detección precoz de sordoceguera en la infancia.
De igual manera, es imprescindible generar aquellos recursos que minimicen la incomunicación y desconexión con el mundo que la privación sensorial genera en las personas sordociegas en muchos ámbitos, como el acceso a la información, la educación, la capacitación profesional, el trabajo, las relaciones sociales y la actividad cultural (formación de guías-intérpretes, mediadores, centros, medidas de accesibilidad, etc.).
Asimismo, resulta muy necesario impulsar el desarrollo del mediador en la comunicación, que es el profesional especialmente formado para compensar el aislamiento en las personas con sordoceguera congénita y con mayor dependencia.
'CAMINANDO SIN BARRERAS'
Bajo el lema 'Caminando sin barreras', las tres organizaciones han celebrado en Madrid un acto reivindicativo, que ha contado con la participación de Mercedes Jaraba, subdirectora general de Coordinación y Ordenación de la Dirección General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad, y Jesús Celada, subdirector general de Participación y Entidades Tuteladas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, junto al presidente de Fasocide, Francisco Javier Trigueros; la presidenta de Apascide, Dolores Romero; la vicepresidenta de la ONCE, Patricia Sanz, y el presidente de Foaps, Andrés Ramos.
Se considera que una persona es sordociega cuando en ella se combinan dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva) que dificultan su acceso a la información, a la comunicación y a la movilidad.
Esta discapacidad afecta de forma grave a las habilidades diarias necesarias para una vida mínimamente autónoma y requiere de servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación.
Para completar una atención total a las personas sordociegas son además necesarios más centros y soluciones residenciales para aquellas personas sordociegas que no tienen posibilidades de inclusión.
(SERVIMEDIA)
27 Jun 2016
ABG/caa