La región del oeste afgano está entre la veintena de provincias que, con sus 1.634 aldeas cultivan cada año entre 10.000 y 24.000 hectáreas de la planta de cannabis.

El estudio indica que el ingreso bruto obtenido por hectárea de la planta de cannabis en Afganistán es de 3.900 dólares (unos 2.900 euros), superior al de la adormidera, de la que se extrae el opio (unos 3.600 dólares o 2.700 euros).

El estudio refleja que el opio sigue siendo prioritario sobre el cannabis para los agricultores afganos, ya que esta última planta tiene un breve periodo de conservación y se cultiva sólo en verano.

La provincia de Badghis destaca porque al igual que el opio, el cultivo de cannabis se concentra en el sur del país, en las regiones de mayor inestabilidad. De hecho, el 67% de los agricultores de cannabis también cultivaron opio el año pasado.

La zona en la que se despliegan las tropas españolas incrementó un 822% la superficie de hectáreas dedicadas al cultivo de opio entre 2008 y 2009, hasta abarcar un total de 5.411 hectáreas.

Esos datos, refrendados en el último informe de la ONU, ya se avanzaron en septiembre en el informe de la agencia de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) en el se advertía que en el mismo periodo, el total de la superficie de cultivo de opio en Afganistán se ha desplomado un 22% en lo que va de año.

Actualmente, España tiene desplagados más de 1.500, concentrados en su mayoría en Qala-i-Nao, la capital de Baradghis, al frente del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT en inglés).