Según informó hoy la Asociación El Defensor del Paciente en una nota de prensa, a pesar de que los médicos que le atendieron en el citado hospital insistían en la ausencia de patología orgánica que justificase su dolor testicular, para lo cual le prescribieron exclusivamente un tratamiento paliativo del mismo, la intervención quirúrgica posterior de que fue objeto en la sanidad privada puso de manifiesto que la enfermedad existía. Además, tras la operación, el dolor desapareció por completo.

La sentencia indica que el paciente venía padeciendo una situación de dolor testicular desde octubre de 1993, que no mejoró tras ser operado en el Hospital Severo Ochoa de Leganés de hernia inguinal izquierda en noviembre de 1994 y que persistió durante nueve años de tratamiento paliativo.

El fallo del TSJ añade que, sin embargo, las molestias desaparecieron totalmente tras la intervención quirúrgica a la que fue sometido en la sanidad privada, en noviembre de 2004, por lo que concluye que tanto el diagnóstico del hospital Severo Ochoa como el tratamiento prescrito no fueron acertados.