Miembros del Grupo Fiscal de la Guardia Civil que capturó esa partida de más de 6.000 kilos de droga, que estaban escondidos en el interior de la carga del barco, valoraron el alijo en unos 19.000 millones de pesetas, y lo consideraron como uno de los más importantes de los descubiertos en Cataluña.

Según explicaron fuentes del mismo cuerpo, el buque ruso había llegado el pasado 8 de abril procedente del puerto de Krachi, en el Pakistán. El destino de la carga, declarada en un principio como balones de fútbol de goma, era Oslo.

El gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal, que acudió hoy al cuartel de la Guardia Civil de Sant Andreu, donde la droga quedó confiscada y depositada, manifestó que es de gran pureza y que se hallaba escondida en un contenedor en el que, supuestamente, transportaban 280 cajas de balones de fútbol.

Por su parte, el jefe del grupo de investigación fiscal y antidroga de la Guarda Civil de Barcelona dijo que, junto a esa mercancía, los responsables del barco "pretendían introducir cerámica que habían comprado aquí, pero que simulaban que venía de Pakistán".

A pesar de que en la operación de decomiso de la droga no hubo detenciones, la Guardia Civil seguía esta tarde la pista a un ciudadano noruego que realizó la operación aduanera al llegar al puerto barcelonés.

Reconoció, no obstante, que es difícil identificarle porque seguramente llevaba documentación falsa y además,partir del día 22 de abril, todos los contactos que mantuvo con la casa consignataria fueron por teléfono.

Las primeras sospechas sobre la existencia de la droga en el barco ruso fueron detectadas por el Grupo Fiscal de la Guardia Civil hace un par de meses.