El presidente de esta organización, Lluís Vilagran, explicó hoy a Servimedia que las ventas este día fueron un 11,2% mejor de lo previsto, por lo que "el sector está muy contento" de los resultados obtenidos.

La previsión de los floristas catalanes era vender alrededor de 5,5 millones de rosas, lo que suponía un 4% más que en 2007.

Cerca del 40% de las rosas vendidas y regaladas para celebrar este día se vendieron en la capital catalana, Barcelona.

Su precio fue similar al del año pasado, entre los 4 y los 20 euros, en función de los adornos que acompañen a la flor. La más simple lleva sólo papel de acetato, unas espigas y una cinta con la bandera catalana. Las más ornamentadas pueden llevar un pie de porcelana e, incluso, un muñeco de peluche, la mayor parte de las veces con forma de dragón (en alusión al santo).

Según Vilagran, esta tradición de regalar libro y rosa se extiende con apreciables éxito entre todas las edades, incluso entre las personas que son de fuera, pero que están pasando una temporada en Cataluña.

Además, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en el día de los enamorados, en Sant Jordi no se regala la flor a una única persona, sino que hay quien compra varias rosas para regalarlas a familiares, amigos y compañeros.