Según informaron fuentes del Consistorio de la capital, este programa persigue que todas las niñas y niños en edad de escolaridad obligatoria asistan regularmente a clase, integrando un conjunto de actividades socioeducativas enfocadas a potenciar y apoyar la incorporación y permanencia de los menores a la Educación Infantil, Primaria y Secundaria.

De los 3.413.880,87 euros, con cargo al presupuesto de este año se imputan 486.748,90 euros; otros 1.706.940,44 euros van con cargo al del próximo año, y, finalmente, 1.220.191,53 euros se consignan en el de 2018.

Se trata de un contrato que supone un incremento también en el número de educadores sociales: de los cinco profesionales actuales hasta alcanzar los 48, distribuidos en función de los índices de absentismo de los 21 distritos madrileños.

IMPACTO DE GÉNERO

En el nuevo contrato se contempla también la elaboración de un informe de impacto de género en relación con la ejecución del contrato o la consideración de la estabilidad laboral como elemento esencial para garantizar una mayor calidad en la prestación del servicio.

La experiencia acumulada en los 15 años de recorrido de este programa ha revelado, según el Ayuntamiento, que la falta de asistencia a clase suele ir asociada a una compleja situación familiar que requiere ser abordada desde una perspectiva multidisciplinar.

Las prestaciones o actuaciones del contrato se desarrollan en tres fases: una primera abarca las actuaciones de prevención; en segundo término está la detección de los casos y la intervención, ambas tanto en el ámbito familiar, escolar o grupal, y finalmente, la coordinación.