Según dijo a Servimedia el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, una de las condiciones que garantiza el éxito reproductor de la temporada es "que en otoño hayan comido bien".

En este sentido, el de 2009 "fue espléndido". "Fue una estación llena de bellotas y hayuco en la Cordillera Cantábrica, que permitió que los osos se fueran a hibernar gordos, muy fuertes y con mucha grasa", declaró Palomero.

Según indicó este experto, los animales "están ahora saliendo de las oseras" y se prevé que "encaren la temporada de celo con muchas ganas".

La Fundación Oso Pardo espera que "entre en celo el mayor número posible de hembras reproductoras". "Lo notaremos dentro de un año, cuando controlemos los partos, pero creo que se avecina una temporada intensa", añadió.

La temporada de celo durará hasta junio o julio, y coincidirá con el momento de la separación de los cachorros y sus madres. La mayoría de las separaciones familiares están asociadas a la presencia de un macho adulto cerca del grupo familiar.