Rivera intervino en un encuentro informativo organizado por el Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), y enfatizó su tesis de que España necesita un cambio “pero a mejor, no a peor”, y de que los ciudadanos no tienen por qué elegir entre “algo malo y algo peor”. Se comprometió además a intentar que el próximo Gobierno garantice los intereses de las empresas españolas en ese continente, especialmente en países donde hay “incertidumbre” y las autoridades no han estado “a la altura de las cinrcunstancias”.

Han sido “demasiados años” de un papel del Gobierno español “correcto pero insuficiente” en ese ámbito, y apostó por ello por “girar la mirada” a las empresas que operan en América Latina. Se refirió de forma particular a la “preocupación” por el papel de España en Cuba o por el proceso de paz en Colombia.

También por la situación en Venezuela, donde se ha demostrado cómo el populismo “puede destrozar” una economía, la seguridad jurídica y la libertad.

“Tomenos nota también de lo que no funciona”, dijo a modo de advertencia de cara a las elecciones del próximo mes de junio, consciente de que la gente quiere soluciones, “no inventos”, y quiere cambios, pero “sensatos, razonables”, no “aventuras que no se sabe dónde acaban”.

Señaló a Ciudadanos como “catalizador” de ese cambio sensato y razonable y recurrió a la ironía para elogiar a Rajoy como “estratega” al convertir a Ciudadanos en su enemigo y emprender una campaña “sin piedad” contra sus dirigentes cuando todo indica que habrá que entenderse tras las elecciones, “con PP o con PSOE según el resultado”.

Rivera dejó clara su disposición a sentarse a dialogar tras las elecciones con esos partidos a los que considera constitucionalistas, pero con aquellos cuyo modelo es “antagónico” y con los que solo podría llegar a acuerdos puntuales sobre cuestiones concretas.