Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo trasladó su “honda condolencia” a los familiares y allegados de los fallecidos y sus deseos de la recuperación “más pronta y completa” a los heridos, al tiempo que reafirmó a las autoridades y al pueblo iraquí su solidaridad en su lucha contra el terrorismo.

En ese sentido, el Gobierno manifestó que “el recurso cobarde a ataques terroristas contra civiles es sin duda la respuesta de Daesh a los repetidos reveses militares que sus fuerzas están sufriendo desde hace meses”.

“Al igual que en el plano militar, Daesh acabará derrotado en la lucha antiterrorista mediante la unidad y determinación de las autoridades de Irak y con la asistencia de sus aliados”, concluyó el Gobierno.

Al menos 86 personas han muerto y algo menos del doble han resultado heridas a causa de tres atentados en Bagdad. El más grave de ellos, que se han atribuido los terroristas del autodenominado Estado Islámico (EI), provocó 64 muertos en Ciudad Sadr, un barrio de mayoría chií. Posteriormente, dos vehículos cargados de explosivos explotaron en otros lugar de la capital iraquí.