Lo dijo en los pasillos del Congreso de los Diputados justo después de que el pleno aprobara esa iniciativa defendida por el PSOE y respaldada por todos los demás grupos parlamentarios excepto el PP.

Señaló la "paradoja" de que se aprobara alegando que el Gobierno se niega a someterse al control parlamentario justo después de cinco horas de comparecencia del presidente del Gobierno en funciones para explicar las decisiones del Consejo Europeo en materia de refugiados.

Reiteró que pretender hacer un control de las decisiones del Gobierno en funciones "va en contra de todos los informes y de todos los precedentes", y aseguró que en esa misma línea se mantendrá la respuesta que el Gobierno tiene que enviar antes de un mes a partir de la aprobación de la iniciativa.

Llamó a la "reflexión" de los grupos parlamentarios porque es "muy llamativo" que ese conflicto se apruebe cuando quedan apenas dos semanas "para la disolución" de las Cortes, mostrándose así convencida de que ese será el desenlace de las negociaciones, aunque a continuación dijo con una sonrisa que también podría haber un Gobierno con plenas facultades.

Aunque los grupos interpretaron de otra forma el hecho de que el Ejecutivo no utilizara su turno en contra de la iniciativa durante el debate, la vicepresidenta explicó que no lo hizo precisamente porque "lo de estar en funciones nos lo tomamos en serio" y no hace uso de esa prerrogativa.