En el debate sobre esa iniciativa presentada por el PSOE para ser elevada al Tribunal Constitucional, Girauta leyó los artículos de la Constitución y de la Ley del Gobierno que avalan el deber del Ejecutivo de someterse a ese control parlamentario.

Pese a ello, el Gobierno no se considera sometido a ese control y cuando acude al Congreso lo hace como si fueran "excepcionales actos graciosos" que muestran su talante y su voluntad.

El deber de comparecer por razones de excepcionalidad o urgencia pese a estar en funciones y dentro de sus competencias, dijo, lo establece el Parlamento, y es su Mesa quien admite y ordena las iniciativas que se dirigen al Gobierno.

Denunció que el Ejecutivo está "fuera de control" y no asume que rige la separación de poderes y el sistema de equilibrio entre instituciones. Tanto acusar a otros de matar a Montesquieu, dijo, "y le han dejado en funciones".

Girauta juzgó "simplemente inadmisible" que el Gobierno no rinda cuentas al Parlamento pese a estar, ese sí, en plenas funciones, y se preguntó si le han "cogido el gusto al descontrol".

El conflicto tendrá que ser resuelto por el Tribunal Constitucional, dijo, salvo que el Gobierno renuncie a "pisotear" la división de poderes, "ignorar" que el Parlamento no está en funciones y "despreciar" el Derecho.