Lo ha negado en el juicio que se sigue por estos hechos en la Audiencia Nacional, por los que el fiscal pide 15 años de prisión. Según el escrito de acusación del Ministerio Público, Olaiz se entrevistó en el sur de Francia con miembros de la cúpula de ETA. Tras recibir adiestramiento para el uso de armas y la colocación de explosivos, le ordenaron vigilar a los concejales de UPN y el PSOE del Ayuntamiento de Pamplona.

Señala que el terrorista comenzó a hacer el seguimiento de Ruiz Langarica, con el que coincidía en su actividad laboral, ya que el concejal tenía una empresa de amortiguadores con la que trabajaba como subcontratada la compañía en la que trabajaba el terrorista.

Durante el interrogatorio realizado en el juicio, Olaiz negó conocer este dato y rechazó la relación con la banda y haber recibido órdenes para cometer un atentado contra un concejal.

DESPERTÓ SOSPECHAS

La Fiscalía sostiene que precisamente por esa relación laboral sabía que el edil no tenía escoltas y después de vigilarle para conocer sus hábitos decidió matarle. El 24 de noviembre de 2000 le esperó en las cercanías de su casa, junto con el etarra Iñaki Beaumont, que ya ha sido condenado por este atentado.

Sin embargo, el crimen no se pudo consumar porque un vecino del edil, que declarará como testigo protegido en el juicio, encontró sospechoso el comportamiento de ambos y avisó a la Policía.

Los agentes acabaron deteniendo a Beaumont en posesión de un arma, pero Olaiz consiguió huir y se refugió en casa de una amiga. Acabó marchándose a Francia, donde se integró en el 'comando Kroma', que fue desarticulado en noviembre de 2001.