Entre los primeros, los que apoyan el cambio horario o por lo menos lo avalan con cifras positivas, está el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), que estima que con el llamado horario de verano España puede ahorrar un cinco por ciento en consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

De esa cantidad, detalla, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros por hogar. Los otros 210 millones se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.

Eso sí, advierte el Idae, para alcanzar este potencial de ahorro se deberá tener un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como utilizar tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias.

RACIONALIZACIÓN DE HORARIOS

No comparte sin embargo esta opinión la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arohe), que considera que la medida no merma el gasto en energía estimado por el Idae y que va más allá de su oposición, ya que pide que el adelanto del reloj no se efectúe para que España vuelva “al huso horario que le corresponde por situación geográfica, el del meridiano de Greenwich”.

Los responsables de Arhoe-Comisión Nacional insisten en que este cambio de hora no tendrá el efecto que se persigue, a menos que se acompañe de verdaderas medidas de racionalización horaria.

Según José Luis Casero, presidente de Arhoe, “en la práctica ese ahorro energético no es significativo, puesto que las jornadas de trabajo siguen siendo maratonianas y se sale de trabajar a horas intempestivas, practicando más la cultura de la presencia que la de la eficiencia y menoscabando no solo la justa conciliación de la vida personal, familiar y laboral de las personas, sino también perdiendo eficacia y productividad en las empresas”.

MOLESTIAS LEVES Y PASAJERAS

Sea como fuere, la madrugada de este domingo los relojes se adelantarán 60 minutos cuando sean las 02.00 horas, algo que a juicio de los médicos de familia puede causar “molestias pasajeras y sin importancia” a algunos, generalmente niños, ancianos y personas de sueño frágil, que se vuelven más perezosos a la hora de irse a la cama y de levantarse y que, en ocasiones, esto les deja de propina algún día de malhumor e irritabilidad.

Así lo declaró a Servimedia Salvador Tranche, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (senFYC), quien apunta que esas molestias son siempre "leves" y "pasajeras", de modo que no deberían durar más de dos o tres días, y que, por tanto, no hay nunca que “medicalizarlas”.

Lo que sí hay que hacer, en esta época y en todas, señala el facultativo, es tener una buena higiene del sueño para que el descanso sea reparador y los días cundan más.

Descansar entre seis y ocho horas, si se es adulto, respetando siempre un horario más o menos rutinario, no alargar las siestas y dejar la televisión fuera del dormitorio son algunos consejos para aprovechar mejor la noche y, por extensión, el día.