Según señaló la organización en un comunicado, “Renfe no puede hacerse la sorprendida” ante esta circunstancia y exige medidas que subsanen los posibles retrasos y cancelaciones que puedan sufrir los viajeros por la huelga.

A pesar de que el reglamento de Renfe establece la exención de responsabilidad en caso de retrasos o cancelación producidos por huelgas, la OCU recuerda una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo en la que se estableció que una empresa ferroviaria “no tiene derecho a incluir en sus condiciones una cláusula según la cual quede exenta de su obligación de indemnizar por retrasos de fuerza mayor”.

Por ello, la OCU recomienda a los usuarios que tengan previsto coger un tren ese miércoles que conserven copia de los tiques o facturas de los gastos que se realicen por culpa de un retraso o una cancelación.

Además, agrega, los viajeros podrán demandar tanto la devolución de todo lo pagado por el billete como la búsqueda de una alternativa para llegar al destino lo antes posible, con una demora máxima de 48 horas. Las opciones podrán ser otro tren, un autobús u otro medio de transporte.

Por último, insiste en la necesidad de regular el derecho de huelga y adecuarlo a la realidad actual “para que los trabajadores puedan recurrir a esta medida de presión sin lesionar los derechos de otros consumidores”.