La organización sostiene que la situación en Grecia es insostenible, porque “pocos se están yendo pero muchos más siguen viniendo”. Piman, que trabajó como profesor de inglés antes de abandonar Siria, lleva ya dos meses en la carretera. “Estoy aquí con mi familia. Cuando dejamos nuestra ciudad mis hijos querían traerse sus juguetes y sus libros, pero les dije que no se preocupasen, que les compraría nuevos juguetes en nuestra futura casa. Siguen preguntándome que dónde está esa casa nueva”, relató Piman.

Daniela, enfermera de MSF, afirmó que “hay mucha confusión, estrés y ausencia de información que está provocando un crecimiento de enfado” entre los refugiados, ya que “muchos llevan esperando ahí desde hace más de diez días”. Esta enfermera indicó que a la clínica de MSF llegan de manera constante familias enteras, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y personas mayores.

Mustafa, un refugiado del norte de Siria que llegó a Idomeni con su mujer Zuzan y sus dos primos, indicó que lleva más de una semana allí y no tiene ni idea de cuánto más tiene que estar, ya que “la frontera está cerrada y no se puede cruzar”, y añadió que solo quiere encontrar un camino seguro para llegar a un lugar donde pueda criar a su hijo.

MSF sostiene que las principales causas de mortalidad son respiratorias, así como infecciones de las vías gastrointestinales. Del 27 de febrero al 1 de marzo los equipos médicos de MSF han realizado 756 consultas médicas.