Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García Pérez estuvieron en prisión cinco días y después se les aplicaron medidas cautelares de comparecencia diaria ante el juzgado y entrega del pasaporte.

Su letrado asegura que en esas series televisivas hay "muchas más escenas de violencia, más realistas, más frecuentes y más explícitas que las cuatro escenas que aparecen en la obra" sometida a los tribunales.

Así lo explica el abogado en un escrito presentado al juez, en el que hace un alegato a favor de la libertad de expresión y del derecho fundamental de los artistas a expresarse a través de su obra sin cortapisas. Defiende que no cometieron ningún delito y pide el archivo de las diligencias.

Según el letrado, causa “sonrojo" que se continúe con un procedimiento penal por incitación al odio y enaltecimiento del terrorismo por un espectáculo con "una marioneta que representaba a una bruja que pegaba cachiporrazos a un agresor sexual, o apuñalaba a una monja que le robaba el hijo fruto de esa violación".

El letrado se remonta hasta los clásicos, rememorando los dibujos animados de hace décadas y señalando que “era mayor la violencia empleada en los dibujos que los hoy adultos veíamos de niños, como 'Tom y Jerry' o 'El Correcaminos'", y destaca que la mayor parte de los videojuegos destinados a niños y adolescentes consisten en “matar a seres humanos, sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello”.

En relación a la exhibición del cartel “Gora Alka-ETA” en la representación 'La bruja y Don Cristóbal', los dos artistas ya han declarado que en ningún momento pretendieron enaltecer el terrorismo.

En cualquier caso, la defensa de los titiriteros insiste en que el Tribunal Supremo ha avalado en varias ocasiones el derecho a la libertad de expresión y aboga por que se tenga en cuenta el sentido y el contexto de la obra.