Reaparece el cigarrón de La Mancha, un insecto que se creía extinto en 1890

- Llegó a eliminarse de los catálogos de especies de Europa

MADRID
SERVIMEDIA

Dos investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) acaban de encontrar en Castilla-La Mancha una especie de cigarrón de cuya supervivencia se tenía dudas desde 1890. El insecto fue encontrado por primera vez en 1887 y fue denominado ‘Roeseliana oporina’ por el naturalista y entomólogo Ignacio Bolívar.

Se trata de una especie pertenece a la familia de los tetigónidos (‘Tettigoniidae’) y, dentro de ésta, al género ‘Roeseliana’, que normalmente habita en entornos húmedos y más fríos que el centro peninsular, según informó este jueves el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El estudio, publicado en ‘Journal of Insect Conservation’, fue codirigido por Jorge Gutiérrez, quien destacó que “encontrar esta población ha sido una sorpresa, aunque ya llevábamos varios años tras su pista”. “Además hemos podido validar la veracidad de las primeras averiguaciones sobre ‘Roeseliana oporina’”, indicó, antes de añadir que “se trata de una población que vive en una zona muy reducida y cuya conservación pasa por la protección del entorno donde habita”.

La especie tiene un aspecto similar al de otras especies de cigarrones del mismo género que habitan en el norte de Europa (como ‘Roeseliana azami’ y ‘Roeseliana roeselii’), pero tanto la forma de sus titiladores (aparato genital masculino) como de su último segmento abdominal son diferentes. Además, el cigarrón de La mancha es capaz de vivir en unas condiciones ambientales de humedad y temperatura que sus ‘familiares’ europeos no soportarían.

“Este descubrimiento pone de manifiesto la importancia de no dar por extintas especies que llevan años sin ser vistas”, añade Mario García París, investigador del MNCN, que también firma el artículo. “Proponemos la consideración de especies en peligro crítico de extinción o posiblemente extintas para especies de insectos que llevan muchos años sin encontrarse antes de declarar un animal como desaparecido definitivamente. Al darlas por extintas, sólo se consigue desalentar tanto a los investigadores como a la sociedad permitiendo que sus hábitats originales dejen de protegerse, como puede ocurrir con el de 'Roeseliana oporina'”, sentenció.

NADIE SE EQUIVOCÓ EN 1890

Según las publicaciones de la época, la especie ‘Roeseliana oporina’ fue encontrada por el entomólogo francés P. A. Blanchard, que en 1887 se la entregó a J. Pantel del Monasterio de Uclés, quien, a su vez, se la envió a I. Bolívar para su descripción.

Ignacio Bolívar, que pocos años después se convertiría en director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, se encargó de describir, catalogar y depositar los ejemplares tipo en la colección de ortópteros del MNCN. Sin embargo, cuando en 1890 Pantel y Blanchard trataron de localizar esta especie de nuevo, el cigarrón parecía haber desaparecido.

Medio siglo más tarde se revisó el material de este género de cigarrones, pero, tras la Guerra Civil, el ejemplar tipo estaba dañado y no se pudo determinar la ubicación taxonómica de la especie, que fue catalogada como ‘incertae sedis’ en trabajos posteriores.

Este ‘cigarrón fantasma’ fue ignorado e incluso se llegó a pensar que el entomólogo francés que la encontró por primera vez pudo haberla traído desde el norte de Europa en lugar de haberla encontrado en La Mancha.

“Los nuevos datos recabados en el campo demuestran que nadie se equivocó en aquella época y, sobre todo, pone de relevancia la importancia de seguir haciendo trabajos de campo que nos permitan conocer el estado de los ecosistemas y protegerlos”, concluyó García París.

(SERVIMEDIA)
03 Mar 2016
MGR/gja