Estas cifras han provocado la preocupación de la Secretaría de Drogodependencias del Gobierno Vasco, ya que en su opinión el tratamiento que se le está dando a la legalización influirá directamente en el aumento del consumo.

"La legalización, tal y como se está planteando en los foros internacionales, o su eufemismos, como la normalización", dijo Jesús Antonio Pérez de Arróspide, secretario general de Drogodependencias, "supone debilitar el cncepto de riesgo que tanto los jóvenes como la sociedad vasca tienen en estos momentos, abriendo las vías hacia culturas de vuelta al consumo, como en los años 80".

El 60% de los vascos consideran demasiado blandas las leyes que penalizan el tráfico de drogas. Un 62% cree que no debería multarse o encarcelarse a los consumidores de drogas blandas y un 55% defiende que tampoco se penalice a los que consumen drogas duras.

Pérez de Arróspide hizo un llamamiento a la sociedad para que siga apoyando dcididamente los programas de rehabilitación, como único cauce para controlar el problema. De lo contrario, dijo, los problemas de la droga pueden acabar afectando a toda la sociedad.

"El problema no es de los toxicómanos que padecen la enfermedad, sino que también es de los ciudadanos. Los problemas de la transmisión del sida por contacto con jeringuillas, los problemas de delincuencia, de transmisión de hepatitis, tuberculosis, etc., son problemas que no los van a padecer sólo los toxicómanos, sino qe los puede y los va a padecer la propia sociedad vasca", dijo Arróspide.