El acuerdo contempla impulsar un “marco legislativo estratégico” que “estabilice, racionalice y fortalezca” la industria de seguridad y defensa, así como garantizar la “plena operatividad de las Fuerzas Armadas” asegurando el cumplimiento de las horas de adiestramiento, maniobras, horas de mar y horas de vuelo imprescindibles para garantizar el mantenimiento de sus capacidades.

Ambas formaciones también asumen definir las necesidades de personal de las Fuerzas Armadas de acuerdo con las capacidades militares que requiere la defensa nacional y los compromisos internacionales asumidos por España y aprobar una programación presupuestaria plurianual para la Defensa Nacional.

Del mismo modo, se comprometen a revisar el Sistema de Reservistas Voluntarios y la consolidación de las escalas de complemento, diseñar un plan de inteligencia del CIFAS como “potente servicio de inteligencia para las necesidades estratégicas” de las Fuerzas Armadas y promover la puesta en marcha progresiva de las “Fuerzas Armadas Europeas”.