Según fuentes policiales, los cuerpos de la mujer, que había abierto el bar para preparar los productos de repostería de los desayunos, y del hombre fueron hallados por la propietaria del establecimiento, a quien un cliente avisó tras ver la persiana del local medio abierta.

Los vecinos explicaron que la apertura solía realizarse en torno a las 8.00 de la mañana y el local permanecía abierto hasta más allá de la medianoche. Amigos y clientes habituales se acercaron al bar visiblemente conmocionados.

Al parecer, según relató una persona cercana a la fallecida, la asesinada, que tenía un hijo de cinco años -no del agresor-, ya había recibido amenazas con anterioridad. Según la misma fuente, el agresor habría llegado a decir al menor que “me voy a llevar a tu madre a un viaje muy largo”.

De hecho, el agresor fue detenido por la Policía Nacional el pasado 5 de febrero tras haber sido alertada por la propia víctima. El hombre pasó a disposición judicial y se dictó una orden de alejamiento de más de 500 metros, con un riesgo “no apreciado” y sin vigilancia, porque, según la Delegación del Gobierno, el varón vivía en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, un extremo que había sido acreditado por la Policía.

Las mismas fuentes señalaron que no tenían constancia de contactos telefónicos entre ambos.

Los vecinos del establecimiento aseguraron que no han oído ningún “jaleo” que les hubiera alertado, “ni esta noche ni ninguna otra vez”.

En torno a las 11.40 horas de esta mañana se produjo el levantamiento de los dos cadáveres, realizado por la Hermandad de la Sangre de Cristo y en presencia de autoridades policiales y judiciales. Finalmente, cerca de las 12.15 horas el local, cuya acera había sido acordonada y cuya persiana había sido bajada por su propietaria, fue precintado por la Policía.

Se ha decretado el secreto de sumario, mientras la investigación sigue en curso.