Este observatorio manifestó estar "consternado" ante este caso tras conocer los testimonios de Valeria, una excompañera de 12 años de la misma clase de Diego.

Esta menor afirmó que algunos niños le llamaban “soso, maricón, empollón de mierda”, y además denunció el silencio y la pasividad del centro y que incluso recibió amenazas para no denunciar la situación.

Además, el Observatorio contra la LGBTfobia pide a las administraciones locales, autonómicas y nacionales un protocolo específico contra el acoso escolar por motivos de orientación sexual o identidad de género.