Así lo avanzaron desde la formación de Pablo Iglesias después de que, al conocerse el reparto de escaños acordado por la Mesa, Podemos anunciara que recurriría la decisión por considerar que mandaban a cinco millones de votos “al gallinero”.

La propuesta del partido morado pasa por concentrar a los diputados del PSOE en el arco parlamentario que surge en el extremo izquierdo del hemiciclo y en la segunda bancada, en la que se sentará el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Proponen que el PSOE ocupe los escaños que forman una cuña desde el ocupado por Sánchez y los seis a su lado, es decir, desde esos siete escaños y hacia atrás.

En la propuesta de la Mesa los socialistas hacían eso mismo pero ocupando diez asientos en la segunda fila en vez de siete. De esta forma, esos tres escaños restantes podrían ser el inicio de la cuña que formarían hacia atrás los diputados de Podemos y sus confluencias.

Con ello, Podemos, al igual que el PP, el PSOE y, también, Ciudadanos tendría a sus diputados agrupados en una especie de cuña que nace en las filas delanteras, con mayor visibilidad, y se extiende hacia atrás, pero no quedarían relegados en su totalidad a esa parte de atrás.

Los escaños de Podemos llegarían hasta las últimas filas de la parte más central del hemiciclo, junto al Grupo Mixto, en el que están además los cuatro parlamentarios de Compromís, que concurrieron con Podemos a las elecciones, pero que decidieron no integrarse en el grupo que preside Iglesias.

Este cambio propuesto por Podemos conllevaría, además, el desplazamiento de los nueve escaños de ERC. La Mesa los ubicó en una especie de isla dentro de los ocupados por el PSOE, y en la propuesta de Podemos quedarían más hacia el centro del hemiciclo, entre el PNV y Ciudadanos, con una visibilidad similar.