Según informó hoy la Policía Nacional en un comunicado, agentes del GEO interceptaron una furgoneta en la que se iban a transportar 700 kilogramos de cocaína hasta Málaga. El resto fue localizado en una nave industrial de Pontevedra.

En los registros intervinieron más de 1.200.000 euros en efectivo, 1.120 libras esterlinas, una pistola, cuatro vehículos, una furgoneta y una motocicleta.

Se trata de una organización de tráfico de cocaína desde Sudamérica hasta Europa. Los detenidos iban a vender la droga a un destacado grupo de narcotraficantes de la Costa del Sol, principalmente británicos. Es la mayor incautación en tierras gallegas de este estupefaciente desde 1999.

La investigación comenzó a detectar a un grupo de traficantes holandeses que habría introducido en barco, en costas gallegas, una gran cantidad de cocaína. La droga permanecía oculta en Pontevedra, y los detenidos habían acordado su venta a los narcos de la Costa del Sol.

Los sospechosos acordaron el modo en que se iba a entregar y trasladar la droga. Los especialistas en lucha contra el narcotráfico de la Policía Nacional, junto al Grupo Especial de Operaciones (GEO), establecieron un amplio y discreto despliegue operativo sobre los miembros de la organización tanto de Galicia como de Málaga.

Los policías siguieron a los investigados hasta un polígono industrial de Pontevedra, donde vieron a un miembro de la organización en posición de vigía. Horas más tarde subió a una furgoneta y emprendió la marcha junto con un turismo, que vigilaba.

Todo apuntaba a que la droga se encontraba en el interior de la furgoneta, que interceptaron agentes del GEO. El otro vehículo intentó sin éxito evitar la actuación de los policías, colisionando de forma intencionada contra ellos. Los ocupantes de ambos vehículos fueron detenidos.

En la furgoneta se localizaron aproximadamente 700 kilogramos de cocaína en fardos, escondidos en un doble fondo en la parte trasera de los asientos del conductor. Posteriormente se halló el resto de los 3.000 kilos incautados en una nave industrial de Pontevedra.

De forma simultánea, agentes de la Brigada Central de Estupefacientes detuvieron a los traficantes holandeses en Santiago de Compostela, así como a ocho personas más en Málaga, británicos, responsables de la adquisición de la droga para su posterior distribución en España y Europa.