Lo dijo al llegar a la sede del PSOE, donde la dirección federal liderada por el secretario general y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, analiza los resultados de las elecciones.

Aseguró que la situación es "tortuosa", "complicada", y basta con analizar los datos de forma reposada para constatar que es "delicada". El primer paso, en el que cree que hay que centrarse ahora, es la constitución del Congreso de los Diputados y del Senado.

Se mostró convencido, a la vista de la propia reacción del secretario general al conocer los datos, de que el PSOE no intentará ningún tipo de pacto "complejo" que pudiera verse como un "pastiche", y que dejará a Mariano Rajoy que intente formar Gobierno como fuerza más votada.

Aseguró que el PSOE nunca ha buscado "gobernar a cualquier precio" y tampoco lo hará ahora, pero añadió que Rajoy "tampoco lo tiene fácil". No contempla la posibilidad de que los socialistas faciliten una investidura del PP, porque sería como una "traición" a sus votantes.

Cree que es "muy pronto" para vaticinar si el PSOE tendría que intentarlo en caso de que Rajoy no pudiera, y se reafirmó en que, en principio, el papel del PSOE es "liderar la oposición", contribuyendo a los acuerdos en las grandes cuestiones pero sobre la premisa de que la estabilidad la tiene que gestionar el Gobierno.

El diálogo siempre es bueno, dijo, y el PP tendrá que "aprender andando, porque no tiene mucha costumbre", pero si en la transición esos acuerdos eran "impepinables" ahora las fuerzas políticas están también "obligadas" a entenderse, pero cada una "en un papel distinto".

Insistió en que es Rajoy quien tiene que intentar primero formar gobierno, para lo cual puede contar con apoyos "por acción u omisión", como podría ser el caso de Ciudadanos. Al PSOE le corresponde "liderar la oposición". Si la situación se complica "no es descartable ningún escenario", pero lo ve "más bien remoto".