En su comparecencia, sin preguntas, tras la noche electoral, Rivera se jactó de que hoy España abre “una nueva etapa de esperanza e ilusión porque millones de españoles han decidido que este país va a cambiar” y “que basta ya de rojos y azules”. Felicitó al resto de cargos electos de otros partidos, sus “compatriotas”, y prometió que los de C’s pensarán más en su país que en su partido. “Queremos mucho a Ciudadanos, pero queremos más a España”, proclamó, ante la ovación cerrada de los militantes, que entonaron el típico “Yo soy español, español”.

Repasando el gran crecimiento del partido desde hace un año, cuando decidió expandirse desde Cataluña a todo el país, subrayó que desde la Transición no existía un centro político, y que hoy está consolidado y se llama Ciudadanos, y será “el centro fundamental de una nueva transición”, porque desde la centralidad podrá negociar con el resto de partidos.

Todo ellos, añadió, sin necesidad de pactar con separatistas ni tener varios grupos parlamentarios en su seno, según dijo en referencia a Podemos, el otro nuevo partido que ganó el duelo a C’s en estas elecciones generales.

Rivera quiso recordar también que el PP ha perdido el 35% de sus votantes de 2011 y el PSOE la cuarta parte, pero aun así se quejó de que los votos a C’s valen la mitad y los escaños “le cuestan el doble” que a populares y socialistas, como consecuencia de “la injusta ley electoral”.

En esa línea, celebró que “a partir de mañana se va a poder cambiar” esta norma, y anunció que en cuanto se constituya el Congreso el grupo parlamentario de C’s abrirá una ponencia para “una ley electoral del siglo XXI” donde “los votos valgan igual” independientemente de la provincia donde se emitan.