Esta obra cinematográfica, dirigida por Aitor Rei y producida por Boneca Lareta, defiende la tesis de que el siniestro no fue sólo responsabilidad del maquinista y atribuye la culpa también a Renfe, Adif y el Ministerio de Fomento.

El documental cuenta con 9 candidaturas a los Goya, obtuvo una Mención Especial del Jurado en la Seminci de Valladolid y fue la película que obtuvo la puntuación más alta en la votación del público de la última edición del Festival Cineuropa de Santiago de Compostela.

Además, en noviembre se visionó en la Eurocámara con el posterior compromiso por parte de Bruselas de analizar las denuncias de las víctimas sobre el siniestro del Alvia.

La instrucción del caso se cerró el pasado mes de septiembre con el maquinista como único responsable pese a que el modelo de Alvia accidentado pesa 32 toneladas más de lo que permite Renfe en su propia documentación.

El título del film alude por una parte al número de registro del tren (04155) y por otra al sobrenombre con el que los maquinistas y un exdirectivo de Renfe, entre otros profesionales que aportan sus testimonios, designaban al modelo accidentado, porque estaba hecho con trozos de otros trenes.